MEDIO CAMINO.

A medio camino de esta aventura  decidí parar por una semana, cerré los ojos y reflexioné sobre todo lo vivido en este tiempo. Sonreí. A medio camino de esta aventura decidí que era tiempo para mí, para los demás, tiempo para disfrutar.

Por eso no he escrito. Ha sido una semana muy intensa y no quería tener mucho contacto, sólo estar  con los niños y frenar un poco el ritmo frenético que tiene África para devorar el tiempo. Y me ha venido muy bien. He comenzado a recuperar los kilos que la Malaria me quitó. Hemos tenido el programa Rainbow dos veces, donde niños de los poblados cercanos vienen a la misión para disfrutar un día con los niños que tienen el privilegio de vivir aquí. Juegan, cantan, bailan y dan clases durante toda la mañana. Al finalizar se les da de comer y se les regalan cosas. Con otro programa fui en coche con dos enfermeras y una sister por los poblados más pobres de Malawi con una clínica móvil poniendo vacunas, dando medicamentos y demás. Kilómetros y kilómetros de carriles inaccesibles para llegar a aldeas extremadamente pobres donde sus pocos habitantes están enfermos o malnutridos.


A falta de alegrías sevillistas desde España, el Sevilla FC de Malawi me las sigue dando. Tras una racha histórica de victorias la última semana un todopoderoso Real Madrid la cortó con algo de ayuda arbitral ( espera, esto me suena). Aunque en lo personal sigo en línea goleadora a pesar de no jugar arriba. Estoy organizando dos campeonatos de fútbol que en breves verán luz. Uno infantil y otro de adultos donde tanto el Sevilla de adultos como la nueva escuela infantil de fútbol que estoy comenzando se enfrentarán a equipos de otros poblados. Habrá copa, medallas y bebidas y comida que seguro harán de este I torneo el principio de algo grande.


Respecto a las clases, he seguido en la Library por las mañanas en el colegio y standard 7 por las tardes. Las clases de ordenador han sido suspendidas temporalmente por plaga de abejas lo que nos ha permitido adelantar bastante en matemáticas de cara a los exámenes finales. Cuando terminen el colegio, el 13 de Julio hay una gran fiesta de despedida ( los niños vuelven a sus poblados) en el centro que además servirá para inaugurar un nuevo Hall. Estoy empezando a preparar un teatro con ellos, además de algunos bailes y canciones para hacer en la fiesta.


Desde inmigración nos llegaron noticias de que teníamos que salir del país antes del 8 de Junio pues no se puede estar más de 3 meses, por lo que iremos a la frontera más cercana a tomarnos algo y volveremos. Ha llegado ya el nuevo voluntario del que me han hecho encargado y responsable. Además me he mudado a otra casa con él y la otra chica. Me ha permitido que al menos durante esta semana le haya asignado mi puesto en la Library por las mañanas, y así puedo hacer algo que estaba deseando desde hace tiempo, trabajar en la misión por las mañanas con los trabajadores de aquí que, de una forma diferente, no paras de aprender. Ayudaré en el garden, ordeñando vacas, recogiendo la huerta, el maíz, pintando o arreglando el parque de columpios. Como no, ellos agradecen enormemente que te pringues, no tanto por la ayuda como por lo simbólico de verte tan comprometido ayudando en lo que sea. Aun así lo iré alternando con mi querida Library. 


El contenedor de Sevilla llegó hace tiempo a Malawi pero aún no podemos ir a recogerlo a saber por qué.
Esta semana he conocido a una persona excepcional. El padre Johannes es el anciano padre blanco de la misión de al lado. No sé cuantos años tendrá pero en apariencia más de cien. Lleva más de 40 años en Malawi y puede ser una de las personas más sabias que he conocido en mi vida. Fui a visitarlo debido a que estaba enfermo y acabé hablando durante horas con él. Tiene una vitalidad tremenda y la sabiduría del que lo ha visto todo, pero su cuerpo no puede más.


Llevo medio camino hecho y creo haber conocido las dos caras de África. Se ha sufrido pero sobre todo se ha disfrutado.  Delante, ya veo la meta, atrás, sonrisas.