En todo este tiempo que llevo en África he recibido todos los días, TODOS, muestras de cariño y apoyo. En su mayoría, como no, de mis amigos. He recibido cartas y mandado unas tantas, pero no todas las que hubiera querido. Nunca podré agradecer lo suficiente vuestro apoyo sincero y amistad sin fronteras. Por ello no me queda más que escribiros esta carta a quienes me han ayudado durante mi camino, especialmente, A ELLOS:
No se me ocurre otra forma de empezar esta carta que dándote las gracias. Cuando más duro era esto, cuando todo parecía que no podía ir a peor ahí estabas tú mandándome un mensaje de apoyo. Un mensaje que me hacía reír y a veces hasta llorar. Ya estoy en la recta final de esta etapa que sin duda me marcará de por vida. Es la mejor experiencia de mi vida y sé que me va a costar volver, pues he recibido mucho más amor del que he podido dar. Vuelvo más sabio, más maduro, más hombre, más humano.
Pero todo lo bonito de esta historia ya lo sabrás por lo que he ido escribiendo. Aunque lamentablemente debo contarte que no siempre todo es tan bonito. La gente de aquí no tiene nada, NADA. En su mayoría ni familia, huérfanos de un SIDA que diezma la población a paso de gigante. Vives sin tener luz, agua o agua caliente. Muchos de ellos siquiera tienen algo que comer . Enfermas más de la cuenta, y enfermedades de verdad. Ves mucha malnutrición, educación nula o una pobreza extrema. Vives situaciones límites que hay que ser muy fuerte de cabeza para poder continuar. Ves delitos muy duros que no puedo contarte por aquí, y te sientes inútil al no poder hacer nada por ello, incluso llegas a aprender que ellos lo ven normal, y sientes rabia, impotencia.
Pero a pesar de todo esto que te estoy contando, a pesar de no tener ni una parte ínfima de lo que tenemos en el Primer Mundo, son infinitamente más felices que nosotros. Cada día encuentran de la nada una razón para salir adelante, para sonreír. Y eso me da qué pensar. Eso me hace ver lo insignificante que son nuestros problemas y me hace saber que si ellos pueden, yo también. Por eso busco cada día una razón para seguir adelante, y entre muchas otras , una eres tú.
Los niños hacen que cada día me levante y quiera continuar mi camino. Son felices y te hacen sentir que en gran parte es gracias a ti. Eso no hay dinero que lo pague. He aprendido muchísimo más de ellos que ellos de mí ( aunque yo era el profesor). Les he cogido un cariño tremendo y ya me da miedo el día en que tengamos que despedirnos.
El país estaba en una etapa extraña. El presidente- dictador gobernaba en una situación límite al llegar, y con las primeras revoluciones murió. La nueva presidenta trajo la esperanza pero la situación del país sigue siendo crítica. No hay gasolina y los precios en un supermercado son más caros que en España para sueldos que no llegan los 30 euros al mes.
En mi tiempo libre como sabrás he estado con el Sevilla FC de Malawi que me ha dado una alegría añadida que no esperaba. Me encontré un equipo dejado, sin ilusión ni alegría, y dejo un equipo unido, ilusionado y lo que es más importante, CAMPEÓN.
Me siento totalmente integrado a un país y una cultura que me ha acogido con los brazos abiertos. He intentado conocer a fondo una cultura tan tradicional y entender el verdadero Malawi. He intentado viajar lo que he podido, aunque aún me quedan los viajes más importantes. He conocido sitios maravillosos, paraísos escondidos pero sobretodo personas. He conocido a las personas más interesantes que jamás conoceré. Gente con vidas para escribir libros. Personas mayores con la vitalidad de un veinteañero y un espíritu aventurero espectacular. He aprendido el idioma y entendido un ritmo de vida mucho más lento al nuestro. A vivir sin reloj y entender lo que realmente es el valor humano.
Sé que he estado viviendo un sueño del que no quiero despertar aún. Me siento útil y feliz. Querido y necesario. Pero sé que mi vida no está aquí. Cada día pasa algo que me recuerda a vosotros y me hace reírme sólo. Algún recuerdo, alguna frase o algún momento que me hubiera gustado haber vivido juntos, hace que entre esta mezcla de sentimientos tan fuertes que vives aquí, os eche de menos. Muchas veces os imagino. ¿ Qué estaréis haciendo? , ¿ Se acordarán de mí? Entonces consigo meterme en internet y leo vuestros mensajes, y vuelvo a sonreír. Y me hacéis sentir tan orgullosos de vosotros como decís de mí. Por eso a veces no me importa que el tiempo corra. Cuando vuelva, estaréis ahí.
Ya tomo la recta final de esta aventura que, como esta carta, se me ha hecho corta de tanto sonreír. No sé hasta qué punto la echaré de menos cuando vuelva, lo único que sé es que esto no acaba aquí. Me ha abierto los ojos para continuar un camino en el que Chezi tan sólo era una parada más. En este tiempo he intentado dejar mi huella aquí, lo que es seguro es que Chezi la ha dejado en mí de por vida.
Un abrazo.
Os quiere:
Pablo.